LEYES INADECUADAS

Llevo días con ganas de desahogarme sobre un programa que he visto en la televisión, el que comentaba era Octavio Acebes, y no creo que se incomode porque le nombre, ya que el mismo lo comentaba con toda tranquilidad y decía que se había casado y que su pareja era un napolitano que estaba allí enfrente, a mi me vinieron tantas cosas a la cabeza que no soy capaz de digerir... Yo no le culpo a él de nada, sino al que hace las leyes, a este Gobierno que tenemos que está cambiando la Constitución a su manera, Constitución que estaba bien hecha por todos los partidos. El matrimonio lo instituyó el Señor en la última cena, y es de hombre y mujer para crear hijos y formar la familia, que es muy necesaria para ir trabajando unos para otros y formar las empresas para que siga la vida, si se quieren juntar otras parejas se podrá hacer, pero que le llamen unión o de otra manera, pero no matrimonio, que eso tiene otra definición.
Cuando un presidente no vale teníamos que poder cambiarlo, porque estas leyes, como la del aborto que manda matar a los hijos, que es lo que más se quiere en el mundo, eso es intolerable, se aconseja de tres ministras, que ninguna de ellas los tiene, por eso dicen que los 16 años ya se puede matar sin consentimiento de los padres, yo les quiero contar una anecdota, que a esa edad era cuando nos juntabamos pandillas de chicos y chicas para divertirnos, cantábamos y bailabamos y lo pasabamos muy bien, pero el sexo lo respetabamos, sin embargo ahora dieron el amor libre, hoy se van con uno y mañana con otro, ¿dónde están las familias? Unos para un lado, otros para otro, se acabó el amor y la educación, a los niños hay que educarles desde pequeñitos, en casa y en el colegio, que aprendan a quererse unos a otros como ha sido siempre, que respeten a sus padres y a los profesores y en el recreo que juegen todos juntos y se quieran como hermanos, y no quiero seguir porque hay muchas cosas más todavía, pero este presidente si no sabe gobernar que se vaya, hay que decirle que España es una grande y libre y no se puede partir en trozos para formar rincones.

Leonides Barros Cienfuegos